Una película, un libro y el informe de gobierno ¿Cuál es la obra de ficción?
Mauricio Ramirez
Película e informe
El viernes pasado se estrenó la película El infierno, de Luis Estrada. Si bien sabía a lo que iba, encontré en la película una historia sumamente violenta, de la realidad nacional. Es quizás esto lo que más llama la atención. Aunque en el cine me sentí cansado de tanta violencia, reflexionando bien las cosas, y comparándolas con lo que muestran los noticieros, está moderada, le faltó para llegar a lo que está ocurriendo.
La película tiene una historia bien consolidada, con humor negro y escenas de muy alto valor estético, inmersas sin perder su línea de acción, que permiten el goce de lo patético.
La película se estrena entre la entrega del 4º. Informe de gobierno y las celebraciones del día de la Independencia. No comparto la frase del cineasta de que en el año 2010 no hay nada que celebrar, sin embargo, como en el caso de toda celebración, no se debería realizar sin la conciencia previa de la realidad en que se vive y de sus desafíos. Y en ese sentido la película aporta mucho.
Cuatro años agrandando distancias…
En este sentido, la celebración del bicentenario no debe hacerse desde la autocomplacencia en que está instalada la Presidencia del país. A través de elementos de marketing, como llamadas, anuncios radiales y televisivos, la Presidencia se goza en su danza de cifras y de su alta eficiencia. A uno solamente le queda preguntarse ¿a qué país se refiere? La distancia entre el mundo en que vive el Ejecutivo y la realizad del país es cada vez mayor.
Hace unos años, todavía con el PRI al frente, se cuestionaba al modelo del Informe presidencial, llamándolo el Día del Presidente. Se cambió a hacerlo por escrito, a que el mensaje no fuera tan extenso o que un miembro del Gabinete lo entregara. Ahora lo que estamos viendo es que se entrega un informe en el Congreso, donde están los representantes de la Nación. El Poder Ejecutivo, ya incapaz de dirigirse desde ahí a la nación, ha hecho del día 2 de Septiembre un auténtico día del Presidente, desligando su mensaje de los trabajos parlamentarios, e invitando a su show a quienes es más conveniente, de modo que no hay intervenciones, no hay cuestionamientos, solamente se escucha, y cuando el presidente toma el vaso con agua, se aplaude.
Esta distancia mediática del Presidente con los que, a pesar de todo, son los representantes electos de la Nación (el Congreso), lo es también de los hechos. No podría explicarse de otra forma el que en su Comunicado del 28 de Agosto de 2010, la Presidencia a través de su vocero Poiré, diga que la masacre de inmigrantes de San Fernando se debe al éxito de las medidas del gobierno, que tiene a la delincuencia tan presionada que tiene que recurrir a medidas desesperadas. No hay nada que comentar… a lo sumo, parafraseando a Tomás Mojarro… no m’eche inglés!
Una lectura es útil… cuando cambia mi lectura.
La lectura es de “Esclavas del Poder”, de Lidya Cacho, donde se encuentran los hallazgos más sobresalientes de la investigación realizada por la valiente periodista en torno a la forma como opera la explotación sexual forzada de adultos y menores, y la esclavitud sexual en nuestros días. En el libro se hace un acercamiento que hace a todos los participantes en este fenómeno: tratantes, víctimas, clientes, autoridades, victimas-victimarias, que permite al lector dimensionar los alcances a los que nuestro mundo ha llegado. Un mundo neoliberal y mercado-dogmático, que hace objetos a las personas, que hace a la sociedad hiper-sexualizada con la venta de la parte genital del sexo como un producto más para su venta o colección y cuya finalidad máximo está en el dinero. Esta sociedad omite el hablar sobre los abusos que genera, los restringe llamándolos marginales, o de algunos enfermos que no son la mayoría¬¬¬ y así cuando estos sucesos salen a la luz pública, los mide con “vara chueca y flexible”. Así permitimos que existan sistemas, a veces legales, a veces ilegales, que forjan y colocan cadenas de esclavitud para miles de personas, cobijados bajo el sexismo, el racismo del statu quo internacional, con la complicidad de autoridades, la omisión de sociedades, y sobre todo, con mayúscula Sobre todo, la voluntaria falta de conciencia de la sociedad civil y de un importante número de clientes sobre las consecuencias del comercio sexual, que no quieren poner su mirada sobre el inconmensurable daño consecuencial de los actos de los cliente y de las omisiones e indiferencias, los miembros de la sociedad civil.
A la luz de los hechos narrados en este libro, salta a la luz la forma como están engarzados los negocios ilegales, la trata y explotación sexual, el narcotráfico y otras actividades cobijadas bajo la operación de mafias internacionales que tienen apoyo de funcionarios de alto nivel.
Y es ahí donde esta lectura, cambia mi lectura de los hechos con los que inicié este pequeño ensayo. Porque uno de los puntos que Lydia Cacho aborda es que la Protección es uno de los productos de mayor venta para las mafias. Protección a quien viola la ley, para no ser molestado por las autoridades, a quien ha sido capturado y requiere un juicio parcial o la omisión de pruebas y amenazas a testigos, etc. Sin embargo cuando esto se enmarca en situaciones de un marco social violento, gente que no viola la ley tiene que comprar su protección, por iniciativa propia o a través de extorsiones. Esa protección la venden las propias mafias en pugna y es quizás el negocio más lucrativo.
La situación actual vista con ese antecedente
Cuando veo en lo que se ha convertido el país a cuatro años de la guerra contra el crimen del gobierno actual, me queda claro que quienes están cumpliendo y excediendo sus metas son los integrantes de la mafia, ya que mucho dinero limpio que estaba en las clases medias altas y altas de la sociedad ha sido movido hacia las mafias a través de la venta de protección y las extorsiones. El gobierno nos dice que el país está “convencido” y “decidido” para seguir fomentando la violencia a través del combate militar al narco. El gobierno cada vez que ocurren tragedias como la masacre de La Marquesa o de San Fernando, lo ven como un simple daño colateral, y muestran su increíble indolencia a través de sus spots “vale la pena la lucha, la razón eres tu”.
Se ha dicho mucho de los inconvenientes de lanzarse a una guerra con los grupos propios corrompidos, sin certeza de información, con corrupción en la propia estructura, llamando a un debate con políticos y líderes respecto a la seguridad, cuatro años después de iniciar autónomamente la guerra. Lo más importante que se ha comentado es que la utilización de la violencia para abatir la violencia es la mentira más empleada por líderes y políticos. La lógica, por el contrario indica que no puede acabarse la violencia con más violencia. El marco violento que se está generando a quién beneficia en primer lugar es a los líderes de la mafia. Mueran sicarios o no, a los líderes los tiene sin cuidado, son carne de cañón, empujada por la falta de oportunidades, y como mueren se reemplazan. Pero los dineros en venta de protección están muy seguros, y produciendo.
Como mencionaba arriba, una de las premisas para poder determinar qué se va a celebrar en el bicentenario y qué se celebra, es partir de una concepción clara de la realidad. Celebrar, como nos lo pide el gobierno, sin tomar en cuenta el marco contextual en que nos encontramos es hacer de esta ocasión otro producto de consumo, superficial y sin valor, que con la misma ligereza como es generado, será olvidado.
